El tercer y último post de nuestra serie «Preparándose» está aquí, y estamos seguros de que ha sido una montaña rusa de emociones. A lo largo de las últimas semanas has aprendido sobre el proceso de preproducción de vídeo, lo que implica la planificación, lo que debes tener en cuenta y cómo ejecutar. Puede que no haya sido fácil, pero has llegado al último paso de tu viaje, que – dependiendo del proyecto – puede ser la parte más fácil o más compleja del proyecto.
Hoy hablaremos de la postproducción/edición, te daremos algunos consejos para la distribución y te haremos algunas preguntas importantes que te ayudarán a evaluar tu proceso para mejorar en el futuro. Aunque sobre el papel este puede ser el paso más corto, en realidad puede terminar siendo mucho más largo si planeas hacer un seguimiento del rendimiento de tu contenido en línea (lo cual deberías hacer).
Subamos nuestro metraje y pongámonos a ello…
Si recuerdas, al final del post de la semana pasada mencionamos la opción de editar el material tú mismo o dejarlo en manos de un editor profesional. Si todavía no has tomado esa decisión, ahora sería el momento de hacerlo.
En cuanto a la profesionalidad, si tienes muy poca o ninguna experiencia en edición, te recomendamos encarecidamente que subcontrates la posproducción de tu proyecto. Claro, puede costarle un poco de dinero, pero el producto final será sin duda de mayor calidad. Puedes encontrar muchos editores en Internet: Kijiji y Facebook son buenos lugares para buscar y muchos editores compartirán sus carretes contigo para que puedas determinar cuál es su nivel de habilidad antes de apretar el gatillo.
Editar una historia
Esta sección no está pensada para enseñarte a utilizar los distintos programas de edición. Lo que quizá no sepas es cómo editar las imágenes para que fluyan bien. Cuando estés editando, es una buena idea que te remitas a las preguntas que respondiste en la primera parte (inserta el enlace de la primera parte). Para explicar exactamente lo que queremos decir, vamos a utilizar un ejemplo. Dependiendo del formato que elijas, tu material puede ser ligeramente diferente, pero intenta encontrar similitudes para que funcione en tu proyecto, entendiendo que no hay dos vídeos que se desarrollen exactamente igual.
Supongamos que tu negocio es una tienda de artículos deportivos casera y tú eres el propietario. Apareces ante la cámara y te entrevistan sobre tu experiencia con los deportes, lo que te llevó al mundo de los negocios y lo que más te apasiona. Todas estas preguntas son excelentes pistas para la historia que estás tratando de contar. Por ejemplo, si has practicado deportes desde que eras un niño y recuerdas el momento en que tus padres te compraron tu primer par de patines de hockey, ese podría ser un buen bocado para empezar, porque capta la atención de la audiencia de inmediato.
Ahora que ya has sacado la introducción, tienes la oportunidad de insertar los mensajes clave. Dependiendo de la longitud que hayas elegido, es posible que no puedas utilizar todos los fragmentos de sonido, y eso está bien.
En esta fase, tu trabajo consiste en encontrar las mejores secuencias que encajen con tus mensajes clave, y trabajar en la búsqueda de transiciones para enlazarlas todas más adelante. Lo único que hay que evitar es añadir demasiados mensajes clave. Este puede ser un buen momento del vídeo para compartir algunas de las características que ofrece tu empresa, pero no querrás darlo todo de golpe y, desde luego, no querrás parecer un robot recitando respuestas. Intenta elegir un mensaje clave que apoye al consumidor desde el principio. Si te dedicas a la venta al por menor, lo más probable es que te centres en las personas que utilizan tu producto, así que asegúrate de mencionarlas desde el principio.
Cuando edites todas las secuencias, debes crear una pausa. Las pausas ayudan a que el espectador se ponga al día y se mantenga interesado en lo que está sucediendo.
También debes considerar la posibilidad de reforzar los elementos visuales. Los espectadores se aburrirán de ver a alguien hablar durante un largo periodo de tiempo, así que intenta encontrar imágenes del edificio, el espacio o los productos que coincidan con lo que la persona está diciendo. En el mundo del cine, esto se llama b-roll, que se reproduce con el audio de la entrevista de fondo.
Con estos conocimientos, deberías ser capaz de montar un primer corte decente de tu vídeo, que incluya algunos de tus mensajes clave presentados de forma interesante. Lo que tienes que hacer ahora es encontrar una conclusión que encaje, y presentar una llamada a la acción para el espectador.
A la hora de pensar en qué material utilizar, busque un momento que se relacione con los consumidores y su pasión general por el servicio, o algo similar. La productora audiovisual Leovel nos indicó que lo más importante es que el fragmento de sonido debe estar completo. No corte parte de una frase al final, ya que los espectadores se preguntarán qué ha pasado, dejándoles un sabor amargo.
La llamada a la acción debe seguir a este fragmento de sonido, y puede incluir su logotipo con un mensaje para visitarle en la tienda, enlazar con su sitio web o conectar con usted en las redes sociales. Una llamada a la acción eficaz debe impulsar al espectador a hacer algo más por su empresa después de verlo, en lugar de dejarlo con la sensación de estar incompleto.
Qué hacer después de crear un primer corte
El sector del vídeo se basa en el perfeccionamiento. Debes establecer expectativas razonables para tu contenido, especialmente si eres nuevo en el proceso. Incluso las grandes productoras pasan por innumerables revisiones para conseguir que un contenido esté donde les gustaría. La realidad es que se necesita tiempo y hay que tener paciencia. Después de ver el primer corte, debes intentar ponerte en la piel del consumidor y ver cómo te hace sentir el vídeo.
Fíjate en algunas cosas: ¿la historia es apresurada? ¿Fluye bien? ¿Comprende bien los mensajes que se transmiten? El hecho de que un proyecto no esté donde quieres que esté de inmediato no significa que sea malo. El poder de la edición nos permite ser un poco quisquillosos, así que utiliza este tiempo sabiamente para hacer cambios y jugar con nuevas secuencias. A veces, cuando se trata de historias y mensajes, decir menos puede significar mucho más.
No podemos decirte cuándo debes dejar de hacer revisiones, así que este proceso depende de ti. Lo único que tienes que recordar es que sigues teniendo el poder de cambiar las cosas, incluso después de que se publique el vídeo. Nos enorgullecemos de hacernos cargo de los vídeos que producimos, y si el público no se siente identificado con una parte del vídeo, volveremos a hacer cambios, incluso después de su publicación.
Distribución del vídeo
Una vez completado el vídeo, el siguiente paso es compartirlo con el público. Para algunos, éste puede ser el paso más difícil, ya que puede resultar complicado traducir todo el trabajo realizado en visualizaciones, especialmente las de tu público objetivo. Sin embargo, cuando se trata de la distribución en línea, nunca hay que dejar de lado las cosas.
En realidad, no hay tal cosa como distribuir demasiado un vídeo, a menos que llegues a un punto en el que se convierta en spam. Dicho esto, conviene subir el vídeo a tantos sitios de alojamiento en línea como sea posible. YouTube y las subidas directas a Facebook son algunas de las formas más fáciles y mejores de conseguir visitas orgánicas sin ni siquiera levantar un dedo, y no llevan casi nada de tiempo.
A continuación, es posible que desee considerar los foros en línea. Esto puede llevar un poco más de tiempo, pero si está familiarizado con los sitios populares de su industria, es posible que ya sepa dónde ir. Si utilizamos nuestra tienda de artículos deportivos como ejemplo, tendría sentido compartir el vídeo en foros relacionados con el deporte y en lugares a los que acuden los deportistas para hablar de productos y equipos.
No siempre es tan sencillo, pero ten en cuenta que tu principio no es necesariamente conseguir visitas, sino que quieres comentarios. Cuantas más personas vean el vídeo, más comentarios recibirás a cambio. La gente suele tener distintos puntos de vista sobre lo que debe y no debe incluirse, así que tu elección será siempre definitiva.
Para la mayoría de las empresas, la distribución en línea va a venir en forma de medios sociales. No hay nada malo en ello, sólo que debes entender que el rendimiento de tu vídeo está directamente relacionado con los seguidores que ya tienes. Por lo general, sin gastar dinero en la compra de anuncios en Facebook, tus publicaciones pueden tener algunos problemas para llegar a las audiencias fuera de tu círculo actual. Para este propósito, vamos a suponer que tu «círculo» ya conoce tu negocio, por lo que no sería el público objetivo. La idea sería hacer llegar el vídeo a nuevas personas con intereses similares que quizá no conozcan tu marca, lo cual, con una estrategia bien ejecutada, puede ser muy eficaz.
Al difundir contenidos en las redes sociales, ten en cuenta que no quieres parecer un disco rayado. Si tuiteas lo mismo 3-4 veces seguidas, la gente lo descartará. Por lo general, si no lo vieron la primera vez, cada vez que lo hagan será visto como spam, lo que podría ponerte en la lista equivocada en sus mentes. Sea creativo, piense con originalidad y recuerde que no hay una forma correcta de compartir contenidos en línea.
Informes y seguimiento: ¿qué significan estas cifras?
Después de unos días, es muy probable que tu vídeo haya ganado algo de tracción y esté empezando a acumular visitas: ¡felicidades! Este puede ser un buen momento para comprobar el rendimiento de tu vídeo más allá del número de visualizaciones. Dependiendo de dónde lo hayas subido, las estadísticas pueden variar, pero sitios como YouTube y Facebook te ofrecen información para ver quién lo ve y cuánto tiempo lo ve.
Es posible que veas palabras como «impresiones» o «participación» o «porcentaje de clics» y muchas otras, la mayoría de las cuales no tienes ni idea de lo que significan. A continuación te ofrecemos un rápido desglose de estos términos para ayudarte a entender mejor los análisis:
– Vistas: el número de veces que tu vídeo ha sido visto durante cualquier periodo de tiempo
– Impresiones: el número de veces que tu vídeo ha aparecido en el feed de alguien, lo haya visto o no
– Participación: el número de veces que el vídeo ha gustado, se ha comentado o se ha compartido de alguna manera
– Tiempo de visionado: el número de veces que cada espectador vio el vídeo
– Proporción de clics: el número de veces que alguien hizo clic en un enlace a un sitio web proporcionado
Para algunas personas, muchas de estas estadísticas no significan mucho. La estadística a la que deberías prestar más atención por encima de todo es el tiempo de visionado. Esta estadística te ayuda a determinar el tiempo que cada espectador ha visto el vídeo, lo que puede ayudarte a determinar si necesitas hacer algunos cambios.
Si todos los espectadores se retiran más o menos al mismo tiempo, es posible que hayas perdido la atención del espectador o que hayas dicho algo que no le haya gustado. El objetivo es que el tiempo medio de visionado sea lo más alto posible, porque significa que la gente está recibiendo más su mensaje.
Reflexiona sobre el proceso
Cuando todo está dicho y hecho, el último paso es dar un paso atrás de todo lo que has conseguido y reflexionar. ¿Estás contento con el vídeo creado? ¿Hay cosas que cambiarías la próxima vez si pudieras? ¿Qué podrías hacer de forma diferente? Todas estas son buenas preguntas para hacer de forma constructiva. Si es la primera vez que creas un vídeo, debes felicitarte. Armarse de valor para poner en línea tus habilidades de vídeo y tu negocio no es un paso que deba tomarse a la ligera.