Prueba de conducción: Hyundai Kona Híbrido y Eléctrico

Como muy bien se presentó durante la rueda de prensa: hace diez años, un cliente compró Hyundai porque «no volvería en 5 años (dando a entender que se iba con un coche fiable y garantizado – nota del editor), tenía un coche económico y feo». Esto demuestra la concienciación que ha tenido la marca coreana en los últimos años para progresar constantemente en su captación de cuota de mercado. Es cierto que el primer Santa Fe (del que hablaremos en unas semanas) y el Tiburón GT, por citar sólo estos dos modelos, no eran -seamos sinceros- puros cánones de belleza. Hoy en día, la marca está teniendo un rendimiento honorable en España, con más de 35.000 modelos vendidos en el país el año pasado, un crecimiento de dos dígitos en comparación con 2017. Esto es bueno, muy bueno, sobre todo en el contexto actual. Un contexto del que Hyundai se beneficia bastante bien al proponer hoy la gama «electrificada» más amplia del mercado, de la que el Kona es sin duda la estrella invitada.

El Kona, ese pequeño SUV urbano que empieza a florecer en nuestras calles poco a poco, ya está disponible en 4 tipos de motorizaciones diferentes (Gasolina, Diesel, Híbrido, Eléctrico) y sin duda se lleva el premio a la plataforma más optimizada para un mismo modelo, sólo por detrás del Golf 7 que ofrece a los que se atreven con el Etanol. A finales de 2017, Crestanevada te llevó al sur de España para descubrir a este recién llegado al segmento B (lee más aquí). Aún mejor, nuestro intrépido probador Antonio se dedicó a poner a prueba el Kona eléctrico de 64 kWh en un roadtrip de más de 2000 kms hasta Oslo (a redescubrir aquí). ¡Mejor aún! Emilio, amante empedernido de la limpieza (en sus modos de propulsión favoritos, quiero decir) puso a prueba el pasado mes de junio la versión de 39 kWh del Kona eléctrico, con menos potencia y autonomía pero a un precio más atractivo (leer más aquí). Si no soportas el suspense y leer 3 artículos enteros antes de llegar al que estás leyendo ahora mismo te asusta, te daré una orientación: no leerás más que cosas positivas sobre el Kona, sea cual sea la versión que hayas probado hasta ahora. Pero, ¿qué puede aportarte este cuarto ensayo sobre un todoterreno coreano que probablemente no te interese más que tantos otros?

1/ La visión de un neófito absoluto de Hyundai

2/ La visión «conduzco y contamino pero me cuido» de las últimas propuestas electrificadas de la marca coreana

3/ Algunos elementos nuevos en este famoso B-SUV que ve la llegada de un motor híbrido a la gama

Y todo esto en tu blog favorito, ¿no es genial la vida?

 

Hyundai ha querido aprovechar esta posición de neófito, como muchos de mis compañeros de pruebas de otros tantos medios, para mostrarnos, a su manera, el universo Hyundai y más concretamente el universo BlueDrive, nombre de producto que califica la gama electrificada de Hyundai, que va desde la hibridación ligera de 48V en el Tucson, pasando por la hibridación y el híbrido recargable hasta los modelos 100% eléctricos que ofrecen la gama Ioniq y Kona. Aunque los primeros kilómetros los hice con un Ioniq híbrido, pasé la mayor parte del tiempo al volante del Kona híbrido y eléctrico de 64 kWh.

 

Así pues, el Sr. Kona Hybrid y yo nos conocemos, no sin dificultades al principio, ya que el color Acid Yellow (que yo veo como verde, me interesa su opinión sobre este punto) irrita mis pupilas. Vale, ya he tenido dos coches amarillos en mi corta vida de conductor, pero aun así, es un reto. Igual que el estilo. Despídete de toda consensualidad, los faros delanteros imitan un poco el estilo Citroën inaugurado en la gama C4 mientras que la gran parrilla delantera imita la de Audi. La apertura del maniquí entre éste y el capó recuerda al frontal del Audi A1 (salvo que el Kona salió en 2017, así que es Audi quien lo ha copiado, breeeeeef, qué más da). Es atrevido, se pueden ver inspiraciones de otros fabricantes, y se nota que Hyundai está luchando por encontrar una identidad de marca, una verdadera firma visual. Admiro el trabajo realizado por Kia en este sentido. Por otro lado, los montajes son los mejores. Con tantas partes del cuerpo, sería una pena que fuera de otro modo.

 

El interior se beneficia de las últimas actualizaciones, a diferencia del Kona eléctrico, señala el concesionario de coches segunda mano Madrid Crestanevada. Hay una gran pantalla digital de 10,25 pulgadas en diagonal, también presente en el Ioniq. La comparación se queda ahí, ya que el Kona Hybrid ha optado por volver a los contadores de aguja mientras que el Ioniq Hybrid 2019 utiliza un cuadro de instrumentos 100% digital, idéntico al del Kona eléctrico. ¿Me sigues? ¿No? Bueno, es un nombre un poco equivocado, Hyundai si me estás leyendo.

 

El sistema de infoentretenimiento y multimedia no es criticable. La visualización es nítida, la pantalla táctil responde bien y la lista de servicios conectados está a la altura de la de los modelos de gama alta. Bajo el lema «Hyundai Live», se puede acceder a la ubicación de las estaciones de servicio, aparcamientos y distribuidores de Hyundai, los precios del combustible, información sobre el tráfico y previsiones meteorológicas. El interior es divertido de conducir con los detalles en Amarillo Ácido a juego, pero también tiene un acabado de alto nivel. Con plásticos espumados, materiales de primera calidad y cuero/cuero sintético con finas costuras, Hyundai cuida su presentación. La misma seriedad se encuentra en el conjunto interior del Kona eléctrico, sólo el cuadro digital traiciona el diseño anterior y la palanca difiere, para dejar espacio a los botones en la versión 100% eléctrica.

 

Bajo el capó del Kona Hybrid encontramos el mismo bloque que en el Ioniq Hybrid: un motor de gasolina atmosférico de 1,6 litros y 105 CV acoplado a un motor eléctrico que toma el relevo automáticamente en función de la situación o actúa como complemento del motor de combustión. El primer nivel de hibridación es, por tanto, de 141 CV y todo ello está gestionado por una caja de cambios robotizada que no es realmente agradable. En condiciones de conducción «normales», el bloque es un poco difícil de relanzar y las prestaciones siguen siendo muy modestas. Con un tiempo de 0 a 100 km/h de 11,6 segundos, la conducción es sencilla y es muy fácil conseguir un consumo medio de combustible por debajo de 5,0 l a los 100 km. Además de mostrar con orgullo sus registros de consumo de combustible a sus compañeros de trabajo, se beneficiará de un ambiente zen, gracias a un sistema de insonorización admirablemente controlado y a la ausencia casi total de ruido del aire y de la carretera.

 

Pero donde Hyundai equipa su Kona Hybrid con Michelin Pilot Sport 4 por alguna razón, el Kona eléctrico queda relegado a la categoría de neumáticos de baja gama con el oscuro nombre de Nexen. No me voy a andar con rodeos, es muy mediocre. En carreteras grasientas, una patada al suelo y derrapa a 80 km/h. Incluso cuando se conduce suavemente, el subviraje es siempre un problema. Peligroso. Es una pena porque como se puede ver en el vídeo de abajo, las cualidades en carretera del Kona eléctrico me convencieron totalmente. Las prestaciones son de primera, la calidad de los acabados es ejemplar, la insonorización es ejemplar y el sistema de infoentretenimiento está bien diseñado. La guinda del pastel es que los 449 kms anunciados de autonomía (cifras WLTP) parecen realistas. Con 44.400 euros, el precio de partida es mínimo, sobre todo si lo comparamos con el Tesla Model 3, que sigue batiendo récords de ventas en Europa y cuenta con una versión de acceso a 43.000 euros. A no ser que aún no estés preparado para un 100% eléctrico, en cuyo caso te invito a que vayas a mirar el configurador de Hyundai y pinches en «Kona Hybrid», mi dedito me dice que empieza en menos de 25.000 €. Le dejamos que lo piense tranquilamente viendo nuestro vídeo más completo: